Conoce nuestra Historia

El devastador terremoto de Chillán en 1939, que cobró la vida de más de 24.000 personas, recordó con crudeza a Chile la urgente necesidad de contar con estructuras resistentes y, sobre todo, con profesionales capacitados para diseñarlas y construirlas en un país marcado por su alta sismicidad.
Una comisión del gobierno evaluó los efectos del sismo y concluyó que uno de los principales factores que influyeron en el nivel de daños provocados por el terremoto fue la mala calidad en la ejecución de las obras afectadas. La mayoría de las viviendas presentaban fierros sin doblar, falta de amarras o fundaciones deficientes. Los materiales utilizados no habían estado a la altura y se había omitido el uso de elementos indispensables para mantener la estabilidad de la estructura en caso de sismos. Los hallazgos revelaron una realidad incómoda: muchas obras usar las fotos del libro habían sido ejecutadas por personas sin la formación técnica necesaria para enfrentar las exigencias constructivas de un país sísmico.


En esos años, ni ingenieros ni arquitectos detrás del diseño de las obras participaban activamente en su ejecución en terreno. El mismo Enrique Hewstone, explicaba en una entrevista de 1983 en el anuario Constructo de la ECCUC, que esta labor la hacían a través de contratistas sin instrucción formal inscritos en un rol de constructores en el Colegio de Arquitectos, “previa presentación de certificados firmados por dos arquitectos diciendo que la persona en cuestión había trabajado para ellos y que era buen constructor”. En respuesta a esta situación, los directivos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile decidieron, en 1944, crear una carrera universitaria con el título de Construcción Civil. Su misión era formar profesionales con los conocimientos necesarios para dirigir y ejecutar obras de construcción.


En paralelo, la antigua Escuela de Artes y Oficios del Estado se había convertido, en 1947, en la Universidad Técnica del Estado –antecesora de la Universidad de Santiago de Chile–. Con ello sus estudiantes ganaron el grado universitario y tuvieron permitido asociarse en organizaciones profesionales reconocidas por la ley. Esta fue la gota que rebalsó el vaso para los jóvenes del Instituto Politécnico Industrial y Comercial, quienes ahora temían que sus carreras quedaran en un rango inferior.
Así, en 1948, y con el visto bueno del Honorable Consejo Superior de la Universidad, el Instituto Politécnico Industrial y Comercial cambió el título de Subingeniero en Construcción por el de Constructor Civil. En paralelo, se siguieron discutiendo alternativas con el Honorable Consejo Superior hasta que, cerrando los años 40, llegaron a puerto: el Politécnico se transformaría en facultad universitaria para formar los profesionales del más alto nivel científico y tecnológico que requería el país. “Al final logramos convencer a don Carlos Casanueva y se creó una facultad especial que se llamó Facultad de Tecnología, que dio espacio a una carrera de Química, a una carrera que se llamaba Electricidad y Electrónica y a Construcción Civil como escuela universitaria”, recordaba Enrique Hewstone en la entrevista. El decreto se firmó el 12 de diciembre de 1950. La nueva Facultad se regiría por el reglamento general de la Universidad y tendría una organización similar a la de las demás facultades, con un decano y un director para cada una de las tres escuelas.


De este modo, el 12 de diciembre de 1950 nace Construcción Civil UC, un hito trascendental para el desarrollo robusto de la infraestructura, industria y obras civiles de Chile y una carrera universitaria inédita en el mundo. Solo en nuestro país se le conoce con ese nombre y se estudia como una profesión aparte de las ingenierías o de la arquitectura. “Construcción Civil es una carrera propia de Chile, no se imparte en ninguna otra parte”, afirma el exacadémico y egresado de la ECCUC, Rogelio González.
Así, al arquitecto y al ingeniero, responsables del diseño y del cálculo estructural, se sumó un tercer profesional universitario que entendía a cabalidad el proceso constructivo y su materialización. Era entonces el constructor civil en quien se depositaría la fe pública de la correcta ejecución de las obras.
Hoy, la Escuela combina tradición e innovación mediante un modelo educativo que articula docencia, investigación y extensión -a través de DECON UC- en una triada estratégica que conecta la formación con las necesidades reales del país y la industria. Esta articulación se refleja en programas de pregrado, posgrado y educación continua que forman profesionales capaces de liderar proyectos con visión de sustentabilidad, foco en productividad y apertura a la transformación digital.
Desde el Campus San Joaquín, y con una comunidad académica activa y comprometida, la Escuela proyecta su historia hacia el futuro con un sello inconfundible: excelencia académica al servicio del país y la sociedad.

Reglamento del Constructor Civil

En 1955 se promulgó la Ley 11.994 que regula el ejercicio de la profesión de Constructor Civil, cuyo reglamento en lo medular establece los siguientes roles para su desempeño (Art.n°19):

  1. Construir, dirigir, fiscalizar y actuar de empresario en las construcciones de edificios, obras industriales, marítimas, hidráulicas, puentes, caminos, pavimentación, ferrocarriles y aeropuertos, conforme a los proyectos y cálculos ejecutados por los arquitectos o ingenieros, los que conservarán todas sus respectivas atribuciones
  2. Proyectar, ejecutar, dirigir y fiscalizar las instalaciones anexas o complementarias para las que estén autorizados por las leyes o reglamentos vigentes; realizar estudios de presupuestos y trabajos topográficos
  3. Servir de árbitro, asesor y consultor en asuntos propios de su profesión
  4. Desempeñar funciones docentes en materias propias de su especialidad.

Posteriormente (Decreto n°5145, Art.6°) esta declaración de funciones se complementa con las siguientes:

  • Dirigir industrias que se dediquen a la explotación y fabricación de materiales de construcción, a investigar y efectuar estudios sobre ellos que conduzcan a su mejoramiento y normalización.
  • Realizar trabajos y estudios topográficos de mensuras de tierras, evaluaciones y reconocimientos.

En 1970 la Escuela de Construcción Civil pasa a formar parte del Sector de Ciencias de la Ingeniería para, en el año 1982, quedar inserta en la actual Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile, con la autonomía académica, administrativa y económica necesarias para desarrollar sus actividades

En esta sección:

    Misión

    Contribuir a la construcción de una sociedad equitativa, inclusiva y sostenible a través de nuestra educación, investigación y extensión.

    En educación nuestro compromiso es: Formar líderes de excelencia e innovadores que promuevan una cultura colaborativa, integrada y sostenible en el sector construcción.
    En el desarrollo de la investigación buscamos: Generar y transferir conocimiento de vanguardia para el desarrollo sostenible del sector construcción.
    Y en extensión nuestro compromiso es: Brindar servicios, estudios y educación continua de calidad al sector construcción, y participar en organizaciones y comités profesionales para abordar los desafíos de la sociedad global.

    Visión

    La Escuela de Construcción Civil, como parte de nuestra comunidad educativa universitaria, se compromete a contribuir de manera efectiva en el desarrollo del conocimiento, la formación de profesionales de excelencia y a mantener una estrecha relación con la sociedad. Nuestro objetivo es ser un aporte significativo para el desarrollo de las personas y la mejora de la calidad de vida, especialmente para aquellos que enfrentan desafíos en materia de vivienda, equipamiento e infraestructura en nuestro país.

    En resumen, la visión de nuestra Escuela de Construcción Civil es ser un actor relevante en la generación de conocimiento, la formación de profesionales destacados y en la vinculación con la sociedad. Buscamos ser una fuerza impulsora para mejorar la calidad de vida de aquellos que enfrentan mayores carencias en materia de vivienda, equipamiento e infraestructura en nuestra nación.